martes, 14 de agosto de 2012

Primera toma de contacto

Este fin de semana, se alzaba el telón de algunas de las grandes ligas del continente europeo como la francesa o la holandesa. En el caso de la primera, la expectación por ver al nuevo Paris Saint Germain en acción tras haber gastado cerca de 150 millones de euros era máxima. El debut en la Ligue 1 de hombres como Ibrahimovich, Lavezzi o Verratti acaparaba todos los focos de la 1ª jornada del campeonato galo. Su debut tendría lugar frente al Lorient, equipo con el que ya inició el curso liguero en la 11/12. Y el resultado no fue del todo satisfactorio para el equipo parisino, consiguiendo un empate a 2 en los últimos instantes. Mientras, su gran rival en la pasada liga y vencedor de la misma, el Montpellier, iniciaba su andadura en este curso ante el Toulouse con idéntico botín que los de la capital. Así pues, cabe destacar algunos detalles de la primera toma de contacto de ambos equipos.

-Los problemas del PSG: poco ha tardado Zlatan Ibrahimovich en regalar su primera gran exhibición a su nuevo público en tierras francesas. Se había hablado mucho de que el fútbol francés beneficiaba, por sus características, al ex-milanista. Y poco ha tardado en demostrarlo. La segunda parte del sueco el pasado sábado en Parc des Princes fue una auténtica delicia. Más allá de los dos goles, el delantero dio un recital de asistencias, prolongaciones, controles, remates... Su papel de estrella del equipo tanto en el aspecto emocional - no hay más que ver como se hecha al equipo a la espalda cuando peor estaban las cosas - como táctico parece incuestionable. En este último apartado hay que enfatizar, ya que el encuentro demuestra el gran papel del sueco en el funcionamiento colectivo. Su movimiento dentro-fuera cayendo a una de las dos bandas fue fundamental en muchos de los ataques parisinos. De esta manera liberaba el carril central y habría huecos en la defensa, ya que uno de los centrales siempre le sigue y deja espacio a su espalda. Así, activaba a Lavezzi y Menez. Esta pareja es ideal para acompañar al sueco. Los dos son eléctricos, dinámicos, desequilibrantes, capaces de orientarse con facilidad y con ruptura para aprovechar los espacios que origina Ibra en la zaga contraria. Cuando el balón llega a los pies de uno de los tres, se enciende la luz roja del rival. Sin embargo, más atrás surgen problemas. Concretamente en la base de la jugada. Hay es donde más tendrá que trabajar los automatismos Ancelotti. Los tres jugadores del mediocampo - el italiano juega con un 4-3-2-1 - se posicionan muy juntos y apenas dan amplitud, invadiendo todos el espacio del compañero. Además, el partido de Chantôme y Verratti, los hombres con más capacidad para generar juego, no fue el mejor, ya que ambos estuvieron erráticos y desacertados. De esta manera, el juego del PSG se basaba en buscar a Ibra o en mandar balones a la espalda de la adelantada defensa rival. Ahí entraban en juego los laterales. Tanto Maxwell como Jallet ofrecieron siempre una solución en ataque y dieron esa amplitud necesaria que no aportaban el trío de centrocampistas. Pero es aquí donde surge el otro gran problema del equipo: la transición defensiva. Con los dos laterales proyectados en campo contrario, con lo poco trabajada que está la presión tras perdida y con la nula movilidad horizontal de los tres mediocampistas, cualquier transición ofensiva del rival que se iniciara a la espalda de los dos laterales era casi sinónimo de ocasión clara. De esta manera, al descanso el resultado era 0-2 para el Lorient. En la segunda parte, Ancelotti buscó agitar un poco más el partido con la entrada de Nene y puso a Matuidi para controlar los desbarajustes atrás. A partir de ahí la historia se reduce a Ibra.


-Echando de menos a Giroud y Belhanda: tras escribir el pasado año una de las historias más bonitas de los últimos años en el fútbol, la temporada no echaba a andar de la mejor manera para el Montpellier. Sus dos mejores hombres del último curso no eran de la partida contra el Toulouse. Giroud se marchó a Londres para empezar una nueva aventura en el Arsenal, mientras que Belhanda tenía que ver el encuentro desde la grada por lesión. No era la mejor noticia para enfrentarse a uno de los rivales más difíciles de la liga. Los de Alain Casanova son uno de los equipos que más apetece ver del campeonato por lo bien trabajado que está tanto en el apartado defensivo como ofensivo, siendo un equipo solido atrás y con grandes movimientos en ataque, aunque falto de jugadores de más talento en tres cuartos y de un delantero con más gol. Así, fiel al 4-1-4-1 del que es devoto su técnico, el Toulouse le complicó mucho la vida al cuadro de Girard. El gran trabajo de Capoue sobre Cabella, la falta de talento en la base de Stambouli y Saihi y que Herrera no aporta esa vía directa que ofrecía Giroud hicieron que el Montpellier se sumiera en un partido tedioso, propio de estas alturas de temporada y al que el árbitro ayudó a ser más soporífero con sus constantes intervenciones. Solo en una contra podía llegar el gol y así fue. Camara rompió el 0-0 a favor de los locales y puso el partido de cara. Pero entonces llegó la discutible expulsión de Saihi (creó que ninguna de las tres que hubo en el partido merecieran tal castigo) y el encuentro volvió a dar un vuelco. El Toulouse buscó la igualada y la encontró en un remate de Ben Yedder tras el único despiste en el encuentro de un imperial Yanga-Mbiwa. De todas formas, la gran conclusión del partido es que este año, más que nunca, es necesario Belhanda en el Montpellier.

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