jueves, 8 de diciembre de 2011

Algunos detalles de la última jornada de la fase de grupos de la Champions League

Tras unos años anteriores en los que la última jornada de la fase de grupos de la Champions no había tenido demasiada emoción debido a que las plazas de acceso a octavos estaban practicamente repartidas en su totalidad, este año ha sido de las más entretenidas de los últimos tiempos. Sorpresas como las del Basilea, la emoción vivida en grupos como el B en el que el CSKA se clasificó in extremis a pesar de ser el equipo con menos posibilidades de estar en la siguiente ronda, la igualdad entre varios equipos que se jugaban el pase a octavos... Todo ello ha derivado en un espectáculo futbolístico de una gran belleza y vistosidad. Pero más allá de los factores emocionales que han marcado esta jornada, la misma nos deja algunos detalles futbolísticos y tácticos bastante interesantes.

- Chelsea-Valencia; el planteamiento de Villas-Boas y los errores del Valencia: seguramente el partido más atractivo de esta última jornada debido a lo que había en juego y al potencial de los dos equipos. Se presumía también un encuentro igualado, ya que el conjunto valencianista se caracteriza por competir mejor que nadie ante rivales superiores a ellos gracias al talento de su técnico, Unai Emery, para estudiar a sus rivales e inventar formulas para pararlos. Sin embargo, a pesar de que el resultado es también un poco engañoso, el Chelsea se impuso con superioridad al conjunto che. Esto se debió a dos factores claves: el gran planteamiento de Villas-Boas y los errores de pardillo del equipo español. Y es que el técnico de Oporto cambió el guión que todos esperábamos del encuentro. Vimos a un Chelsea que cedió la pelota al rival y que se dedicó a intentar salir en transición rápida para aprovechar los espacios que dejaban los valencianistas. Con Oriol Romeu de nuevo como medio centro, Villas-Boas opto por Meireles y en la posición de interiores en el 4-3-3 (4-1-4-1 al defender), con la intención de apretar a la espalda de los mediocentros valencianistas, Tino Costa y Albelda, e intentando robar lo más arriba posible para tener menos metros al transitar hacia la meta rival. De una acción así nació el primer gol: robo en el centro del campo y transición rápida que aprovecha Didier Drogba para marcar a los 3'. A partir de ahí, los blues bajaron las lineas y se replegaron, dejando espacios al Valencia para combinar y con la intención de hacer daño al contragolpe. Salvo algunos momentos de empuje del Valencia, el Chelsea dominó en todo el momento el partido y mostró una solidez y una sobriedad no exhibidas hasta ahora esta temporada. Destacar individualmente el partido de Drogba (recordando al gran delantero de hace 2 años), Ramires y Sturridge, que cada día crece más. Mención aparte merece Juan Mata, que sigue demostrando que es la gran estrella y referente de este equipo. Mientras, los de Emery volvieron a acusar los mismos errores que ya le costaron los 3 puntos en Mestalla ante el Real Madrid. Compiten bien colectivamente, y no dudan en llevar la iniciativa e incluso atacar al rival si es necesario, pero cometen errores puntuales de concentración. Errores de pardillo que ante equipos con el potencial de Madrid y Chelsea acabas pagando. Ante los de Mourinho, dos errores de concentración (un error en una marca en un corner y una pasividad increíble en una falta sin aparente peligro en el centro del campo) fueron los que les costaron la derrota. Ante el Chelsea fueron dos errores en la salida de balón y un incomprensible fallo de Victor Ruiz los que le pusieron la victoria en bandeja a los bleus. Errores que demuestran que, si bien este Valencia tiene un mérito espectacular debido a su capacidad para competir al más alto nivel a pesar de las ventas obligadas los últimos años, este equipo adolece de más experiencia en esta clase de partidos.


- La posición de Shaqiri: una de las grandes historias de esta edición, y posiblemente de los últimos años, ha sido la eliminación del M.United a manos del Basilea suizo. Los de Sir Alex Ferguson, actuales subcampeones del torneo y a los que les valía el empate, sucumbieron en el St. Jakob Park ante la calidad de los Xhaka, Fabian y Alexander Frei, Streller, Huggel... Pero si alguien destaca por encima de todos en el conjunto dirigido por Heiko Vogel es Xherdan Shaqiri. El futbolista suizo de origen albanés es sin duda alguna un futbolista especial, de los que te erizan la piel cuando los ves controlar, encarar, desbordar. Su aparición en la campaña 09/10, su participación en el Mundial de Sudáfrica, su gran Champions el año pasado y, sobre todo, su espectacular Europeo sub 21 de este año en el que guió a una brillante generación de futbolistas de su país hasta la final ante España, ya daban muestras de que era un jugador a seguir y de que no sería descabellado que empezará a sonar para algún equipo TOP de Europa. De hecho, hace ya unas semanas la prensa italiana colocaba al joven talento suizo en la órbita del Atlético de Madrid. Así pues, el encuentro ante los red devils suponía un escaparate perfecto para que el resto del continente viera las evoluciones del jugador de Gnjilane y la oportunidad de demostrar su valía a toda Europa ante un equipo de primerísimo nivel en un encuentro decisivo. Y la verdad es que aprovecho la oportunidad. No solo destaco por su calidad y la personalidad demostrada ayer, sino que dejo detalles de que es un futbolista que esta creciendo muchísimo en Basilea. Destacó sobre todo uno: su movimiento de fuera hacia dentro para ganar la espalda a los pivotes del rival y jugar entre lineas, creando superioridad por el centro y dando a su equipo muchísima más profundidad con el balón. Este movimiento da a Shaqiri bastante más protagonismo en el juego del equipo, le hace participar más en la elaboración, es más difícil de parar ya que se mueve por todo el frente de ataque y aparece en cualquier lugar del mismo. En definitiva, le da una nueva dimensión a su juego, ya que le permite tener más incidencia en el partido y que su función no sea solo la de crear peligro por la banda, sino la de crear peligro también por el medio. Le hace crecer como jugador ya que le hace manejar más registros y ser más determinante. Otro ejemplo de jugador que ha pasado de ser un futbolista de banda a tener otro papel más determinante al evolucionar su juego y participar más por dentro es Muniain, el futbolista del Athletic que este año está creciendo muchísimo en esta faceta bajo la tutela de Bielsa.      



- Napoles, mejor el vértigo que la pausa: se jugaba el Napoles su clasificación por primera vez en su historia a los octavos de final de la máxima competición continental de clubes en El Madrigal, mismo estadio en el que fue eliminado de Europa el año pasado. La perspectiva del partido era distinta a la de hace 10 meses, ya que el Villarreal actual, entre lesiones y bajas, dista mucho del que eliminó a los italianos en la pasada edición de la Europa League. Así pues, los de Walter Mazzarri estaban ante una oportunidad inigualable de estar en las eliminatorias de la Champions League: dependían de si mismos y se enfrentaban a un rival muy debilitado y sin ninguna opción de clasificarse. Sin embargo, a los italianos les costo más de lo esperado ganar al equipo castellonense. Hasta el minuto 65 no se adelantaron en el marcador y se mostraron nerviosos en varias fases del partido. Prueba de ello, la absurda expulsión del técnico napolitano como consecuencia de la tensión del encuentro. Pero, ¿a qué se debieron las dificultades del Napoles para superar a un equipo actualmente tan inferior como el Villarreal? La respuesta es clara. Este Napoles es un equipo que se caracteriza por su velocidad, por como aprovecha los espacios que le cede el rival. El ejemplo más claro es el partido que disputa en San Paolo ante el M.City hace dos semanas. El rival es el que tiene el balón y el que lleva la iniciativa, y, sin embargo, es el conjunto italiano el que domina el partido. Solido atrás con 9 futbolistas detrás de la pelota y transición rápida con Lavezzi, Hamsik y los dos carrileros (Maggio y Dossena; Maggio y Zúñiga), más Cavani que da la posibilidad de jugar directo. Así pues, hablamos más de un equipo de contraataque que de proponer con la pelota a pesar del fichaje de Inler, que llegó este verano del Udinese con la intención de mejorar esa faceta. En El Madrigal, el Villarreal le obligó al Napoles a tener que proponer y le cedió la iniciativa. En estas situaciones, el conjunto de Mazzarri suele hacer que los partidos sean de un ritmo muy alto, sin apenas pausa, sin centro del campo, de ida y vuelta. Sin embargo, los de Garrido consiguieron en todo momento ser un bloque compacto, sobre todo en defensa, y manejar el ritmo que no le convenía al rival. Ante esto los italianos sufrieron de lo lindo para crear oportunidades claras de gol. Tan solo las apariciones de Lavezzi, el mejor del partido y que está en un estado de forma espectacular, y algunos detalles de Hamsik crearon peligro en la meta de Diego Lopez. Al final, un disparo de media distancia y una acción a balón parado fueron la tabla de salvación de un Napoles que jugo su peor partido en esta competición. Eso sí, en octavos ante equipos que presumíblemente llevarán la iniciativa, este Napoles será un hueso duro de roer y más aun en San Paolo. Sin duda, el "coco" del bombo de los segundos en Champions. 

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